Los pediatras nos preocupamos mucho por las gestantes, ya que son los primeros 1000 días de vida los más importantes del desarrollo del niño; éstos empiezan desde la etapa fetal.
Hoy sabemos que la placenta y el bebé no son estériles (entiéndase libres de microorganismos), más bien tienen unas bacterias que son parte de la microbiota normal y que pueden modificarse por la alimentación materna (alto consumo de azúcar, poco consumo de fibra y consumo de ultraprocesados y comida chatarra), el uso de antibióticos, toxinas y metales pesados.
En el embarazo la alteración de las bacterias del intestino de mamá (microbiota), se logra en tan solo días de tener malos hábitos alimenticios y esa alteración puede verse involucrada en el riesgo de alergias, parto Pre termino, enfermedades del neurodesarrollo, entre otras.
Durante la lactancia, los cambios en la microbiota, producto de una mala alimentación materna, hace que se produzca inflamación del intestino de mamá, lo que a su vez produce que algunas moléculas tóxicas pasen por este intestino permeable y lleguen al bebé, pudiendo causar enfermedades… algo que se ha llamado permeabilidad intestinal, además una microbiota materna alterada puede producir algunas sustancias no beneficiosas y dejar de producir las beneficiosas.